¿Perderá Revolut una parte de sus clientes por cambiar su cuenta a un IBAN español?

Alemania, 2014. Un ciudadano cualquiera intenta retirar 200 euros de su cuenta en la que tenía un poco más de 9000 euros. No fue posible debido a un embargo de 157 euros. Sí, en Alemania, cuando embargan la cuenta, el banco bloquea todas las operaciones, no solo la cantidad reclamada. Aquí en España, es diferente.

Pasaremos por alto el hecho de que en Alemania, las instituciones actúan primero y luego se disculpan. O tal vez no, ya que los alemanes, a diferencia de los Franceses y Españoles, prefieren tener paz que tener razón. Las solicitudes de disculpas (que solemos llamar recursos) suelen ser el comienzo de una investigación más profunda de parte de las instituciones que podría poner en duda la honestidad fiscal de los alemanes, que, igual que su puntualidad, solo es una leyenda.

Volviendo a aquel evento de 2014. Enfadado, aquél ciudadano cualquiera aprovechó la entrada de Holvi (Fintech finlandesa) en el mercado alemán, para redirigir sus ingresos a este neobanco con IBAN finlandés, dejando cantidades residuales en las cuentas alemanas que podrían cubrir los litigios en curso. Hasta que Holvi tuvo la (mala) idea de ofrecer un IBAN alemán para, según ellos, agilizar las gestiones locales y evitar que algunas instituciones (en principio) no relacionadas con el Estado alemán, como Telekom o «los del gas», aceptaran los recibos domiciliados. Resulta que en el formulario, solo funcionaba lo del «DE» del IBAN, y todos los IBAN cuyas dos primeras letras fueran tan dudosas como ES, FI, FR o LU, daban «error». Este error se subsanó posteriormente tras una directiva de la UE que recordó que no era posible rechazar los IBAN de países de la (des)Unión Europea.

En el proceso, Holvi perdió algunos clientes muy buenos, muchos autónomos, y sobre todo, perdió en transacciones y operaciones que se realizaban dentro de su plataforma, pasando de ser la cuenta principal de algunos a «esa cuenta que usamos por si acaso».

La historia se repite
O se repetirá, siempre y cuando los neobancos extranjeros comprendan que su crecimiento se basa en una variable más valiosa que sus funcionalidades: la independencia. El usuario quiere una cuenta lituana, porque para tocarla, las instituciones que han ganado impunidad para tocar nuestro dinero, tendrán que pasar por procesos intracomunitarios más complejos y no valdría la pena invertir seis meses en intentar embargar una cuenta extranjera que solo tiene algunos cientos de euros. No estamos hablando de una cuenta en Andorra o fuera del paraguas del BCE, ni de blanqueo de dinero. No estamos hablando de evasión fiscal, ya que uno no “se evade” para estar en el mismo centro penitenciario, pro en el bloque de enfrente. Queremos seguir en esa prisión institucional, pero en un bloque distinto, donde los guardias no estén compinchados con algunos de nuestro anterior.

Revolut no está haciendo ningún favor a sus clientes más antiguos, ya que está dando acceso a los guardias corruptos e impunes del bloque de enfrente a nuestra celda en nuestro nuevo bloque. ¿Realmente alguien contrata una cuenta como la de METAL, que cuesta unos 13 euros al mes o como la nueva que cuesta más de 40 euros mensuales, con un IBAN lituano solo para presumir de apertura bancaria?

Expliqué en un artículo anterior lo complejo que es obtener una licencia bancaria en España. Estamos de acuerdo en que la dificultad aumenta si el banco quiere ser «como los demás bancos», es decir, tradicional. También estamos de acuerdo en que el Banco de España quiere privilegiar las soluciones bancarias que ofrecen innovación para el usuario. Pero parece curioso que el camino hacia una licencia bancaria para Revolut se allane tan fácilmente.

¿Será porque nuestras instituciones, al igual que aquellas dictaduras, quieren saber con nombre y apellido quiénes son aquellos que optaron por refugiarse financieramente en otro país?
¿Será porque ofrecen condiciones favorables al país de refugio para que los mande de vuelta, pero esta vez disfrazando la travesía de vuelta en un crucero que los llevará al mismo destino: el control de sus finanzas y la posibilidad de disponer de sus cuentas y su dinero?